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un plato rico

Un plato rico "pobre"

Si eres amante de la cebolla no te puedes perder esta receta y su historia. los Friggione es un plato antiguo de la cultura campesina: de hecho, antes de ir a trabajar al campo, o durante el descanso del mediodía, los trabajadores lo untan sobre una rebanada de pan o más bien una rebanada de polenta asada. ¿Por qué el nombre Friggione? De "Frizàn" o "frizòn" que es freír, porque la preparación requiere que la cebolla se fría durante mucho tiempo a fuego lento.

La receta original data de 1886 por la Sra. Maria Manfredi Baschieri, quien la anotó en su libro de cocina. Esta receta está registrada en la Cámara de Comercio de Bolonia, que protege las raíces históricas y culturales de los platos tradicionales boloñeses. En la receta original se usaban cebollas blancas. Cortados muy finos, se dejaban sofreír a fuego muy lento en manteca de cerdo, con una pizca de azúcar y sal gorda, y luego se cocinaban durante mucho tiempo junto con tomates frescos pelados. Una pequeña precaución: las cebollas deben macerarse durante al menos dos horas para que suelten el agua de la vegetación (que seguirá siendo utilizada en la cocción).

Posteriormente en 2010 se presentó una nueva versión, que incluía algunas variaciones: la cebolla ya no es blanca sino amarilla, y en particular se recomienda la cebolla dorada de Medicina (BO), que tiene un sabor más delicado. Además de esta pequeña variante, se le han añadido dos ingredientes: tocino e incluso un toque de guindilla.
No es complicado de preparar pero no hay que tener prisa, porque la cebolla debe estar bien guisada y bien mezclada con la salsa de tomate al final. 
Hay muchas variaciones de esta receta dependiendo de las zonas en las que se prepare pero hoy os voy a dar una variante sin manteca y sin tocino también apta para vegetarianos, como la que está a la venta en nuestra tienda.

ingredientes:

  • 1 kg de cebolla amarilla
  • 500 g de tomates maduros, previamente escaldados, pelados y cortados en cuadritos
  • 1 cucharadita de azucar
  • 2 cucharadas de aceite EVO
  • chile picante al gusto
  • sal al gusto

Procedimiento:

  1. Limpiarlos y cortarlos en rodajas finas. Pasarlos a un bol con una cucharadita de azúcar y una de sal y dejar macerar unas dos horas.
  2. Pon las cebollas con su líquido en una sartén con el aceite y déjalas cocer a fuego lento durante una media hora aproximadamente. 
  3. Agregue los tomates y cocine nuevamente a fuego lento durante al menos 1 hora (si es necesario, agregue agua o caldo).
  4. Hacia el final de la cocción, agregue una pizca de pimiento rojo y sazone con sal. El resultado debe ser una salsa cremosa y no demasiado seca, más bien un poco grasosa como la salsa boloñesa.

¿Cómo combinarlo? Pues como dicen en Bolonia, “al frizàn l é bòn con tot”, es decir, “friggione queda bien con todo”. Por lo tanto, se puede utilizar como guarnición para platos de carne, como carne hervida, o con una buena polenta. También se puede servir en picatostes como aperitivo o como condimento para tigelle. Si quieres puedes atreverte un poco y usarlo como salsa para tallarines frescos… ¡pero nunca se lo digas a una boloñesa! Para acompañarlo, recomiendo una buena copa de vino tinto de Emilia-Romagna, como Gutturnio espumoso

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